Dante Alighieri.
INFORMACIÓN GENERAL SOBRE LITERATURA DE LA EDAD MEDIA , DANTE ALIGHIERI Y “DIVINA COMEDIA”.
Unidad y diversidad de la Edad Media.
Durante siglos la Edad Media fue considerada como una época bárbara y brutal en que la inteligencia y la sensibilidad estuvieron amortiguadas por la ignorancia, la superstición y el oscurantismo. El adjetivo media es desdeñoso, porque implica que esta edad fue considerada como intermedia entre dos periodos de cultura auténtica: el antiguo, de la cultura greco-latina, y el moderno, del Renacimiento.
Recién el Romanticismo a fines del siglo XVIII y comienzos del XIX demostró que la Edad Media debe ser apreciada como uno de los periodos más importantes y fecundos de la historia de la civilización occidental.
Se ha tendido a ver a la Edad Media como una época unitaria y homogénea sin atender a la enorme diversidad de las ideas, sentimientos y estilos que caracterizan, tanto en el campo de la religión, la filosofía y la política, como el de la literatura y el arte, a este periodo. Pero tampoco hay que caer en ver sólo la diversidad medieval, olvidando la tendencia hacia la unidad religiosa, social, filosófica y estética. Más que unitaria y uniforme, la cultura de la Edad Media fue universal.
Se ha hablado de una triple unidad medieval, a saber: religiosa, político-social y cultural. Conozcamos un poco de ellas:
Unidad religiosa dada por el Cristianismo como religión, el cual, si bien a lo largo de diez siglos se expandió y afianzó en Europa, tuvo que luchar contra numerosos movimientos heréticos. La Edad Media comienza con la caída del Imperio Romano de Occidente frente al empuje de las invasiones bárbaras en el siglo V d. C. En ese momento el Cristianismo tenía cinco siglos de existencia, sin embargo es recién a partir de este momento que cobra, como religión, su verdadera dimensión universal y se transforma en lo que conocemos como la cristiandad.
El hombre cristiano es un ser conflictual por excelencia; el primero que vive la existencia humana como un conflicto trágico y radical entre la vida y la muerte, entre lo natural y lo sobrenatural, entre la eternidad y el tiempo, entre el alma y el cuerpo, entre la culpa y la inocencia, entre el abismo del ser y el abismo de la Nada.
El Cristianismo hace que la creatura humana sea determinada existencialmente por una suprema trascendencia, y a la vez, por una máxima inmanencia: la verdad y la verdadera existencia están infinitamente más allá del hombre y del mundo y, sin embargo, ese más allá coincide, de alguna manera, con lo que el hombre tiene de más propio de sí e intransferible, y sólo puede ser descubierto y alcanzado dejándose hundir en la más secreta intimidad del alma personal. El alma y todo lo que existe tienen un más allá donde todo se cumple plenamente. El hombre y el mundo no están plenamente realizados en sí, sino más allá de sí. Para el cristiano, Dios se ha hecho temporal e histórico en la persona del Hijo: Jesucristo (éste es el misterio de la Encarnación). Si el nacimiento de Cristo (figura histórica) significa la temporalización de la eternidad (Dios a través de su hijo se hace temporal e histórico), también significa la eternización del tiempo. La idea de Redención (Salvación) coloca a Jesús en la situación paradójica de hacerlo contemporáneo de su tiempo.Esta idea, trasladada a la humanidad, da como resultado el hecho de que el hombre puede hacerse eterno, surgiendo la idea de la Salvación. El hombre bueno, virtuoso, se salva, y logra así la vida eterna; también el pecador es condenado al sufrimiento eterno.
Dante y su obra "Divina Comedia".
Imágenes de arte románico.
Iglesia y Vitral del gótico.
Interior de Iglesia del Gótico.
Infierno en la "Divina Comedia".
Esta experiencia removedora es el punto de partida. Parte pues, de su propia experiencia personal y concibe a su obra como un viaje, o descenso simbólico a una región tenebrosa y aborrecible y el ascenso consiguiente que aparece en todas las religiones de misterios. Juddhasthir, el héroe ario del “Mahabharata”, pasó un día en el mundo subterráneo antes de ser admitido en el cielo. Ulises, en “La Odisea” de Homero, siguiendo las instrucciones de la bella maga Circe, atravesó sano y salvo el Hades para conversar con el ciego adivino Tiersias. Eneas hizo su descenso y su ileso retorno con la ayuda de la sibila de Cumas (en “La Eneida” de Virgilio). Orfeo, cuenta la mitología, realizó el aterrador viaje para recobrar a su amada Eurídice.
¿Qué es lo que se lleva a cabo con este descenso?. El objeto de estos misterios, incluido el misterio de Cristo, es conducir al hombre a la perfección, confiriéndole un conocimiento y una comprensión perfectos. Los que volvían con éxito de esa espantosa excursión eran llamados los perfectos.
¿Cómo logra Dante el éxito de su viaje? No lo logra solo: lo ayudarán varios intermediarios. Primero Virgilio será su guía en el Infierno y Purgatorio. Luego lo será Beatriz, su amada musa inspiradora, inducida por Santa Lucía y ésta, a su vez, por la Virgen María. Todos ellos son como poleas que tiran de Dante hacia arriba y le permiten el objetivo último: la contemplación gozosa de lo divino, visión que será elaborada por Dante con poderosas imágenes lumínicas. Él no podrá ver a Dios sino deslumbrarse con la intensa luz que lo rodea y que hace al peregrino perder el sentido.
Uno de los aspectos originales de la Comedia radica en el hecho de que una simple mujer, Beatriz, sin ascendencia divina o semidivina, pueda ser objeto de un conocimiento religioso, recurso que utiliza Dante por su temprana adhesión a la escuela del amor que rendía culto al corazón gentil.
La obra consta de 14333 versos distribuidos en tres partes denominadas cánticas y que responden, cada una de ellas, a los tres reinos en que la tradición cristiana considera está estructurado el más allá: Infierno, Purgatorio y Paraíso.
Cada cántica, a su vez, está dividida en treinta y tres cantos, excepto la primera que tiene treinta y cuatro, aunque la simetría no se resiente por ello, ya que el primer canto es considerado como una introducción general a la obra. Esta estructura nos da un total de cien cantos.
La extensión de cada parte respeta un plan muy estricto: los cantos oscilan entre los ciento quince y los ciento cincuenta y cuatro versos. De igual manera hay un equilibrio en la cantidad de versos dentro de cada cántica.
Toda esta estructura se basa en la utilización cabalística de varias cifras: el tres es un número perfecto, el número de la Santísima Trinidad y de allí la reiteración de la cifra en toda su estructura; el nueve es un número místico y sagrado, resulta de la multiplicación de tres por sí mismo; el treinta y tres también posee significado cabalístico en la medida que reitera el tre y es la edad con que muere Cristo; el uno, la unidad, representa la divinidad y, combinándose con los productos del tres da otra serie de números que representan otra significación, como el diez (3x3+1) y el cien (33x3+1).
Observemos ahora la versificación. La estrofa es el terceto (3 versos) y el verso es el endecasílabo (11 sílabas). La rima es encadenada: el primer y el tercer verso riman entre sí y el segundo con el primero y el tercero del terceto siguiente. El esquema es el siguiente: A-B-A / B-C-B / C-D-C. Cada canto termina con un cuarteto para no dejar un verso incompleto.
Esta forma externa tan elaborada corresponde a una especial manera de pensamiento, el medieval, acostumbrado a desarrollarse en moldes estrictos y significativos de por sí.
El tiempo de Dante es el tiempo del predominio del tomismo en filosofía y teología. Su principal representante, Tomás de Aquino, fue el gran ordenador y categorizador del pensamiento religioso de la Baja Edad Media.
En la Epístola al Can Grande de la Scala de Verona Dante hace referencia a una serie de aspectos de su obra, entre ellos el Género. Al llamarla Comedia nos induce a pensar que podría tratarse de una obra dramática, ya que la comedia es una de las formas del drama. Pero se trata, por lo dicho anteriormente de una narración en verso.
Él explica esta aparente contradicción de la siguiente manera: se trata de un texto que comienza con un tema o situación áspera para luego terminar felizmente y la distingue de la tragedia que, según dice, empieza con cosas desapacibles y termina de modo horroroso. Esto que dice el poeta es una falseada reminiscencia de las definiciones de Aristóteles. Pero hay algo de verdad ya que la Comedia comienza con cosas desapacibles, con un protagonista perdido en la selva del pecado y culmina felizmente con el objetivo buscado logrado por el mismo: contemplar a Dios. Luego Dante dice que el lenguaje de su texto es humilde y al decir esto cree contemplar otra característica de la forma comedia. La comedia, a diferencia de la tragedia (según Aristóteles) utiliza el lenguaje vulgar y no el poético. La humildad o vulgaridad del lenguaje estaría en el hecho de que Dante utiliza para su redacción el dialecto toscano hablado en Florencia. No era costumbre de su tiempo, componer un poema a lo divino y no hacerlo en latín, la lengua de la Iglesia y de toda la literatura de tema religioso. Pero Dante, haciendo uso de su libertad creadora, adopta el camino de los juglares populares y de los poetas del amor. Usará la lengua romance y conseguirá, de este modo, elevarla a la categoría de lengua poética. Dante usará la lengua toscana pero su estilo no es, en modo alguno, humilde sino altamente retórico.
En realidad, para Dante, su Comedia era lo que hoy llamaríamos una epopeya, un poema narrativo extenso de tema heroico. Pero el héroe de la Comedia, el mismo Dante Alighieri, no libra una batalla material con la ayuda de las armas sino una batalla en el campo del espíritu. El poema no plantea el conflicto del héroe con el hado o destino. No hay aquí una divinidad que detrmine caprichosamente el destino del hombre. Dante tenía detrás suyo muchos siglos de pensamiento cristiano y, en consecuencia, ya había aparecido en la historia de la mente humana el concepto de libre albedrío. El hombre es responsable de sus pecados. Si elige pecar debe pagar por ello.
Otra de las originalidades de este texto es la de que el protagonista de esta aventura heroica es el propio Dante y no un personaje de ficción. El autor se convierte a sí mismo en personaje literario utilizando la primera persona para narrar. Dante se desdobla en autor, narrador y protagonista. Esto logra producir un efecto especial en el lector. La Comedia es un poema a lo sagrado porque Dios es una presencia que todo lo penetra, pero al leerlo, la atención entera del lector está fija en el protagonista, figura a la que todas las demás están subordinadas.
Ese protagonista aparece como un simple hombre que, todavía en la carne, es decir vivo, tiene el privilegio de atravesar los tres reinos de ultratumbe hasta llegar al reino bienaventurado del Paraíso cristiano. Dante conocía de primera mano la historia de su propia alma, a él solo le atañía. Cuando se sentó a escribir la historia del alma humana se convirtió en su propio personaje. Hizo lo mismo con los otros personajes. Beatriz, la florentina a la que siempre amó poéticamente, es nombrada lisa y llanamente. Lo mismo ocurre con otra cantidad de personajes, que fueron sus contemporáneos. Quizás no se hubiera permitido tanta franqueza si no hubiera escrito en el exilio. Como desterrado no tenía seguidores a quienes proteger, ni escuela a la que halagar, nadie a quien consultar, ningún sentimiento ajeno que considerar. Supremo ejercicio de libertad creadora. Este humanismo dantesco anuncia ya el Renacimiento.
Dante personaje en la selva oscura. Canto I. Mundo del pecado.
Cuadro de Doré: "Dante en el bosque oscuro"
Encuentro con la pantera. Canto I. Mundo del pecado.
Encuentro con Virgilio. Canto I.
Cruce del río Aqueronte. Canto III. Infierno.
Minos. Juez infernal. Canto V. Infierno.
Paolo y Francesca. Canto V. Infierno.